sábado, 31 de mayo de 2008

Empiezo a extrañar aquellas épocas en que los momentos de alegría se interponían en mi día reiteradas veces. Eso ya no ocurre. Ahora todo el tiempo las cosas son una pesadez. No siento ganas de esforzarme por ellas. No entiendo cual es la que realmente me gusta. Y mucho menos puedo saber cual quiero para mi futuro.

Me exigen un compromiso solido y duro que intento tener pero que no se percibe. Mis palabras son malinterpretadas y la respuesta a las mismas me hace daño, me moviliza. Debe ser porque estoy susceptible, porque cada cosa me parece mucho y poco a la vez, me resulta ambigua, relativa. Ahora todo me cuesta tanto. Hasta tomar una decisión. Siempre supe que no servía para tomar decisiones, aunque sé que debemos tomarlas constantemente en la vida cotidiana. Nada me genera placer últimamente, o al menos un placer lo suficientemente duradero. Por que será?

Siento que no se buscar el placer. Será que le huyo? Que le tengo miedo? Pánico? No sé por que pienso esto ahora, pero puede ser que asi sea (sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de cosas que se que me gustaría hacer pero que no hago). Que es lo que me impide disfrutar? Yo se que hay cosas que he disfrutado en la vida, pero también se que ahora no estoy avocada a esas cosas, se que las abandoné por el camino.

La realidad es que no tengo un criterio preciso. Por ahora intentaré principalmente que se note que pongo compromiso en ciertas cosas. Y por otro lado, seguiré pensando y seguiré haciendo y consiguiendo, si es posible. Trataré de disfrutar y de valorar las cosas que hago.

martes, 20 de mayo de 2008

Refregarse bien los ojos!

Es muy loco lo que pasa cuando uno se refriega los ojos muy fuerte. O cuando uno recien se levanta, ese momento en el que abre los ojos que ve todo oscuro y que apenas empiezan a aparecer las pizcas de claridad.
No se, yo cuando me refriego los ojos veo cosas muy bizarras. Aunque ultimamente si no me los refriego tambien, tengo ilusiones opticas, a tal punto de imaginarme cucarachas o ratas donde no las hay, solo porque vi una manchita oscura. Pero dejando ese temita aparte, cuando me resfriego los ojos y los abro en el instante posterior, veo como otra realidad de varios colores, pero que no pueden definirse exactamente como colores. A veces tambien siento como puntitos que suben. Esos si tiene colores, o son de un solo color, o de dos, mas creo que no. No me acuerdo ahora bien que colores predonminan, pero se que he llegado a ver puntos combinados azules y rojos, casi violetas por la combinacion. A veces tambien veo manchas amarillas, trozos verdes.. a veces se ve alguna forma que hay en el ambiente pero con los relieves invertidos.. no se, es extraño. Ademas cuando uno cierra los ojos sigue viendo, es como que los parpados separan tu mirada de la de los demas, pero uno sigue viendo en realidad.. voy a prestar suma atencion cuando me refriegue los ojos.

Igual esto es relativo a cada uno. Mi amigo Julian por ejemplo ve claramente monstruitos peleandose.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Del más acá..

Ella está sentada junto a la ventana. Las hojas verdes de aquellos arbustos hacen sombra a la luz de sus ojos. Intenta encender un cigarrillo. No puede. Lo intenta de nuevo. Oscuro. Quizás la esencia esté en no pensar, se dice a si misma e intenta seguir un hilo. Quizás lo bueno sea que surja naturalmente. Si los colores le llaman la atención en realidad. Todos los que combinan y los que hacen contraste también.

Quiere llegar lejos aunque no parezca. Quiere acercarse a la eternidad de sentir aquel aroma lejano e indefinido. Tenerlo cerca y gozarlo para ella, eso es lo que quiere. Ese sonido profundo le retumba en los oídos. Es una música suave, una voz que la invita a sonreír. Y el instrumental la puede también. No puede parar de reir. La carcajada asoma en ella como nada más puede hacerlo. Quiere volar, si, quiere volar, quiere llegar a la eternidad y ver la luz de las estrellas. La luna, el sol, todo el sistema galáctico quiere recorrer. Quiere recorrerlo con sus cinco sentidos. Quiere tocarlo, sentir la suavidad de la ligereza de su textura. Quiere.. quiere, DESEA. Ya empieza a sentirse mareada. No puede continuar con su alegoría. Se siente desvanecida ante sus pensamientos abstraídos de la realidad de fantasía. Pero si, quiere olerlo, sentir lo agrio de su vacío, lo dulce de su armonía. Mira para otro lado. No puede soportar la tensión que le produce marcharse de su mundo de tergopol. De su mundo de plástico, ese que es movido solo gracias a sus arquitectos de mentirita. Quiere volver a ser normal. Quiere poner los pies sobre la tierra y atenerse a la sociabilidad del mundo. Quiere ser parte de la no parte. Del no sentir. Pero sus oídos dicen que aquella música espacial suena preciosa. Le genera mucha tranquilidad pensar en ella. Pero la tierra hace tanta fuerza que no la deja en paz. Sin embargo esos pajaritos cantan al compas de aquella melodía que retumba en su cabeza.

Y fracasa porque el cansancio la puede. El sabor animal del espacio la llama pero el cansancio la puede. Es imposible volver a ese lugar en donde las mariposas no desencajan ni resultan cursis. Donde… donde puede someterse al jardín de lo inconsciente sin miedos ni prejuicios del mas acá. Pero acá está, sin poder evitarlo. Imaginando como seria el verlo todo, como seria tenerlo todo en su campo visual. El tener un arcoíris de colores girando por al aire y por el vacio y por la estrellas galanticas y con muchas mariposas en jardines hermosos con lunas llenas enorgulleciendo su andar… pero no, ella ya está acá. Ya volvió. Siente cansancio y mira a su alrededor. Nada le llama la atención. Mira todas las letras que escribió una atrás de otra y piensa que no tienen sentido. Qué es eso? Pregunta… Ya esta acá. Otra vez acá.

No hay caso.

El mundo.

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

(de E.Galeano)